Como no conocían la brújula ni otros instrumentos de navegación, observaban cuidadosamente la posición del sol, la luna y las estrellas. Navegaban cerca de la costa, atentos a las señales de tierra. Observaban islas, nubes, vuelo de gaviotas, el tamaño y color de las algas.
Los marineros descubrieron también vientos oceánicos dominantes, lo que les permitió establecer rutas en alta mar que los aprovecharan bien.